martes, 11 de enero de 2011

Número 6: Literatura Venezolana

LITERATURA VENEZOLANA
La literatura venezolana se remonta a la época colonial, en esta tierra de gracia, donde poco a poco fue minándose de escritores la tierra que les era ajena pero tomaron como suya y la poseyeron hasta el hastió y hasta el tuétano. Desde los días de la Isla de Cubagua (1528) los encontramos, de ellos ha llegado el nombre de Jorge de Herrera y las vastísimas Elegías de Juan de Castellanos.
Durante los tres siglos siguientes la literatura bullo por estas tierras, pero se tienen pocos títulos por lo tarde que llego la imprenta. Uno de los más conocidos es el tergiversado libro histórico de José Oviedo y Baños, una obra barroca, donde influyeron las manos de muchos supervisores. Pero que es emblema de la literatura venezolana. La obra de Francisco de Miranda es otro gran orgullo de prosa venezolana.
Sor María de los Ángeles, es la primera escritora de Venezuela, por la misma época, durante todo este tiempo surgieron muchos escritores, pero prevalecen los de la alta filosofía y la oratoria sagrada y profana. En las intervenciones académicas y en el intento llevado a cabo por fray Juan Antonio Navarrete en su Teatro Enciclopédico.
Los cronistas de Indias, fueron los primeros escritores venezolanos de la época colonial, entre ellos destaca Juan de castellanos, Fray Pedro de Aguado, fray Pedro Simón, José Oviedo y Baños, todos ellos contaron a su modo la historia venezolana.
Simón Bolívar fue otro gran escritor, él escribió tratados para defender y divulgar los principios republicanos, y a veces expresar sus emociones y vivencias personales. Textos que aun prevalecen hoy, y son de lectura obligatoria para todo buen venezolano.
La época que le siguió, fue el Neoclasicismo y Romanticismo, donde resaltan grandes figuras como Andrés Bello, Fermín Toro, Rafael María Baralt, Juan Vicente González, y Antonio Pérez Bonalde. Entre los costumbristas están Daniel Mendoza, Francisco de Sales Pérez, Nicanor Bolet Peraza, Francisco Tosta García, Rafael Bolívar Alvarez, Rafael Bolívar Coronado y Miguel Mármol, Cecilio Acosta y Arístides Rojas.
En la etapa positivista y modernista, luego de 1880 se situó un movimiento literario fuerte, de narrativa, Tomas Michelena con Debora (1884) Manuel Vicente Romero García con Peonía (1890) Gonzalo Picón Febres El sargento Felipe, 1899, y Miguel Eduardo Pardo Todo un pueblo.
La figura más importante del modernismo fue Manuel Díaz Rodríguez, refinado prosista y narrador. Le suceden Luis Urbaneja Achepohl, Rufino Blanco Fombona, José Rafael Pocaterra, Teresa de la Parra y Rómulo Gallegos.
Rómulo Gallegos y su Doña Barbará, representaron un gran impacto a la literatura costumbrista, real, cruda y vivencial. Le seguiría el inolvidable Arturo Uslar Pietri y sus Lanzas Coloradas, (1931) Enrique Bernardo Nuñez, a Julio Garmendia, a Antonio Arraiz, a Ramón Díaz Sánchez, a Guillermo Meneses, a Miguel Otero Silva. Del grupo"Contrapunto", entre 1946 y 1949, surgen narradores destacados (Andrés Mariño Palacio, Ramón González Paredes, Héctor Mujica y otros). Salvador Garmendia trae consigo su temática hasta consecuencias de hiperrealismo anonadante, y aborda otros espacios, entre ellos el fantástico.
Luis Brito García, sorprende con su literatura paródica y densa, José Balza, un experimentador infatigable, Oswaldo Trejo, atrevidamente textual. Se impone citar a Humberto Rivas Mijares y a Gustavo Díaz Solis, a Pedro Berroeta, a Oscar Guaramato, a Antonio Márquez Salas, a Alfredo Armas Alfonzo, Manuel Trujillo, Orlando Araujo y a Adriano González León, la gran promesa del grupo Sardio y de la generación de 1960.
También están presentes Argenis Rodríguez, José Vicente Abreu, Laura Antillano, Francisco Massiani, Denzil Romero, Ednodio Quintero, Alberto Jiménez Ure, Gabriel Jiménez Emán, Armando José Sequera y Antonia Palacios, autora de la más importante obra narrativa de pluma femenina después de Teresa de la Parra.
La poesía también marco un hito en Venezuela, aunque tardó mucho en alcanzar la modernidad, un poeta imposible de no leer es Alfredo Arvelo Larriva, virtuoso de la rima y del soneto. Otros poetas dignos de ser recordados son Andrés Mata, Sergio Medina, Ismael Urdaneta y Andrés Eloy Blanco, el poeta más popular de Venezuela, situado entre lo tradicional y la vanguardia. Fernando Paz Castillo, a Luis Barrios Cruz, a Jacinto Fombona Pachano, a Rodolfo Moleiro, a Enrique Planchart, a Luisa del Valle Silva, a Enriqueta Arvelo Larriva, a Héctor Cuenca, a Julio Morales Lara y a Luis Enrique Mármol. José Antonio Ramos Sucre, maestro del poema en prosa, erudito, simbólico y misterioso.
Por 1918 Antonio Arraiz, Pablo Rojas Guardia y Luis Castro. A cierta distancia de estos poetas, despuntó en el movimiento vanguardista Carlos Augusto León. El grupo Viernes, que se impuso entre 1938 y 1941, estuvo compuesto por Rafael Olivares Figueroa, Ángel Miguel Queremel, José Ramón Heredia, Luis Fernando Álvarez, Pablo Rojas Guardia, Pascual Venegas Filardo, Oscar Rojas Jiménez, Otto De Sola, y Vicente Gerbasi.
Hubo el género de la poesía Españolista entre esos autores estuvo, Ida Gramcko, Ana Enriqueta Terán y Luz Machado. Estas mujeres poetas ocupan un sitio de privilegio en las décadas de 1940 y 1950. En la actualidad destacan la poesía muy personal de Yolanda Pantin, Margara Russoto, Edda Armas, Cecilia Ortiz y Lourdes Sifontes.
Un autor respetado es José Ramón Medina un poeta de culto en Venezuela, sus compañeros Luis Pastori y Aquiles Nazoa no cambiaron los rasgos iniciales de su escritura neoclásica o neomodernista. Los poetas Dionisio Aymará y Carlos Gottberg, entre otros, se adentraron en la condición del hombre cotidiano.
Por los años sesenta estuvieron Rafael Cadenas, Francisco Pérez Perdomo, Juan Calzadilla, Arnaldo Acosta Bello, Ramón Palomares, Luis García Morales, Luis Guillermo Sucre, Víctor Salazar, Gustavo Pereira, Ludovico Silva, Ramón Querales, Luis Camilo Guevara, Víctor Valera Mora, Eleazar León, Elí Galindo y Julio Miranda. En Valencia, los poetas Eugenio Montejo, Alejandro Oliveros, Teófilo Tortolero, Reynaldo Pérez Só Caupolicán Ovalles, Hesnor Rivera, Juan Sánchez Peláez, cuya obra reducida pero de intensa virtud visionaria y metafórica, de desgarrones existenciales y lirismo atormentado, reconoce como fuente la generación del sesenta.
Este escrito más que un análisis, es un humilde recorrido por algunos de los muchos autores que han minado esta tierra de gracia, bendita por la buena literatura que se pare día a día en Venezuela y eso es fácilmente comprobable acercándose a cualquier librería donde se especialicen en nuestros escritores.
Pedimos disculpas a los escritores que no fueron nombrados aquí, pero la lista es extremadamente larga y se necesitarían muchísimas cuartillas para solo nombrarlos. A todos ellos, nuestro mas humilde respeto.

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